Elixir… un aroma contenido en una minúscula botella colgada al cuello, acariciando el corazón; una pócima envolvente que, al dejar escapar sus notas al aire, subyuga poderosas voluntades, rinde el impetuoso vuelo del halcón y de su alma libre en los desiertos de Marruecos.
Así nos muestra Shakira su elixir, el aroma con el que nos ha conquistado este verano, probablemente, porque es el que mejor representa su propia esencia: floral, luminoso, especiado, exótico, dulce, aterciopelado, oriental… desde su composición hasta su frasco, pura sensualidad oriental llegada del sur de América.
Shakira rindió sus caderas a la magia y el misterio de los bailes orientales haciendo suya su danza y mezclándola con la calidez y el color de su origen, convirtiéndose así en un icono de apasionada sensualidad, coqueteando con el erotismo. Esa danza y ese juego, la calidez y el brillo del sol, el baile oriental y tribal… se componen y toman forma en las notas de este elixir: de salida neroli y pimienta blanca, y tras ellas fresía, peonía y piel de albaricoque, de fondo cedro blanco, ámbar, benjuí, azúcar de caña y musc.
El exotismo oriental que convive en el elixir con la calidez latina, luce más si cabe en el frasco que lo contiene; un envase que evoca en su forma, al alzarse estrechando su base, un cuello largo, esbelto y regio como el de Nefertiti… envuelto en oro.
El verano toca a su fin… pero los aromas sensuales y mágicos, las pócimas y el elixir by Shakira perduran más allá del tiempo y sus estaciones.
ABC
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