La cantante colombiana y su novio, el jugador español del Barcelona, son protagonistas de nuevo.
Este año, muchos pesebres españoles presentarán una novedad: al lado de San José y de la Virgen, del Niño Dios y los Reyes Magos, de la mula y el buey, estarán Shakira y Piqué. A pesar de que es una de las parejas del año en España, la razón no está en que los tengan endiosados, sino en que Cataluña los acoge en una de las versiones más arraigadas dentro de sus costumbres navideñas: los caganer.
Los caganer son figuras de la tradición catalana que representan campesinos con vestimenta típica en posición agachada, con los pantalones abajo, haciendo sus necesidades al aire libre.
No se trata de un insulto, ni mucho menos. El caganer ha hecho parte de los pesebres catalanes y valencianos -y con el tiempo ha pasado al resto de España- desde el siglo XVIII. Se le considera un símbolo de prosperidad y buena suerte para el próximo año, porque con sus excrementos abona la tierra y le proporciona la fertilidad necesaria para obtener buenas cosechas.
Por extensión, proporciona salud y alegría al cuerpo y al alma de quienes lo acogen en sus costumbres navideñas. Al caganer todos le tienen cariño. Para el catalán una Navidad sin caganer es como para el colombiano sin novenas.
Aunque al principio solo representaban a un campesino típico, luego el abanico se amplió. Llegó el cura, lo que no molestó a la Iglesia. Y, desde entonces, los personajes más famosos del año han pasado a bajarse los pantalones para celebrar las fiestas.
Pasarela trasera
Una de las empresas que aportan más caras y traseros nuevos cada año es caganer.com, de la familia Alós-Pla de Torroella de Montgrí. Ahora presenta con bombos y platillos a Shakira y Gerard Piqué, que hacen compañía a cerca de cuarenta personajes nuevos.
Los príncipes ingleses Kate Middleton y Guillermo, el futbolista Victor Valdés, los candidatos a la presidencia española Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy, la política estadounidense Sarah Palin y la universal Muerte son algunos de quienes tienen el honor de ser representados como caganer este año.
Shakira viste una blusita azul con falda a juego y botas negras. Con la mano izquierda se coge el pelo y con la derecha sostiene un micrófono. Al igual que su novio, Gerard Piqué -con uniforme del Barça-, mide entre 11 y 12 centímetros de alto y cinco de diámetro. Cada uno cuesta quince euros (unos 39 mil pesos) y está fabricado artesanalmente con yeso.
A los personajes famosos se suman decenas de anónimos: se representan todo tipo de oficios (piloto, médico, monja, cocinero o bombero entre otros), personajes de ficción (pitufos, el euro, muñecos de nieve) y miembros de la realeza (el príncipe Felipe y Leticia Ortiz, la reina Sofía o el rey Juan Carlos).
El caganer que más vende esta empresa es el del futbolista Lionel Messi con el balón de oro. Le disputa el lugar Bob Esponja. Y es que los niños sienten fascinación por estos muñecos catalanes. De hecho, según ha explicado el gerente de la compañía, Marc Alós, son los pequeños de la familia quienes dan pistas sobre los personajes más populares que merecen ser representados con los pantalones abajo.
Alós asegura que las figuras "no pretenden ser una burla hacia el personaje u oficio que representan, sino un homenaje". Y la gente en general lo toma con el mismo tono. Por eso, cuando vea a Shakira, no exclamará ¡guaca guaca! sino ¡waka-waka!
Los caganer son figuras de la tradición catalana que representan campesinos con vestimenta típica en posición agachada, con los pantalones abajo, haciendo sus necesidades al aire libre.
No se trata de un insulto, ni mucho menos. El caganer ha hecho parte de los pesebres catalanes y valencianos -y con el tiempo ha pasado al resto de España- desde el siglo XVIII. Se le considera un símbolo de prosperidad y buena suerte para el próximo año, porque con sus excrementos abona la tierra y le proporciona la fertilidad necesaria para obtener buenas cosechas.
Por extensión, proporciona salud y alegría al cuerpo y al alma de quienes lo acogen en sus costumbres navideñas. Al caganer todos le tienen cariño. Para el catalán una Navidad sin caganer es como para el colombiano sin novenas.
Aunque al principio solo representaban a un campesino típico, luego el abanico se amplió. Llegó el cura, lo que no molestó a la Iglesia. Y, desde entonces, los personajes más famosos del año han pasado a bajarse los pantalones para celebrar las fiestas.
Pasarela trasera
Una de las empresas que aportan más caras y traseros nuevos cada año es caganer.com, de la familia Alós-Pla de Torroella de Montgrí. Ahora presenta con bombos y platillos a Shakira y Gerard Piqué, que hacen compañía a cerca de cuarenta personajes nuevos.
Los príncipes ingleses Kate Middleton y Guillermo, el futbolista Victor Valdés, los candidatos a la presidencia española Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy, la política estadounidense Sarah Palin y la universal Muerte son algunos de quienes tienen el honor de ser representados como caganer este año.
Shakira viste una blusita azul con falda a juego y botas negras. Con la mano izquierda se coge el pelo y con la derecha sostiene un micrófono. Al igual que su novio, Gerard Piqué -con uniforme del Barça-, mide entre 11 y 12 centímetros de alto y cinco de diámetro. Cada uno cuesta quince euros (unos 39 mil pesos) y está fabricado artesanalmente con yeso.
A los personajes famosos se suman decenas de anónimos: se representan todo tipo de oficios (piloto, médico, monja, cocinero o bombero entre otros), personajes de ficción (pitufos, el euro, muñecos de nieve) y miembros de la realeza (el príncipe Felipe y Leticia Ortiz, la reina Sofía o el rey Juan Carlos).
El caganer que más vende esta empresa es el del futbolista Lionel Messi con el balón de oro. Le disputa el lugar Bob Esponja. Y es que los niños sienten fascinación por estos muñecos catalanes. De hecho, según ha explicado el gerente de la compañía, Marc Alós, son los pequeños de la familia quienes dan pistas sobre los personajes más populares que merecen ser representados con los pantalones abajo.
Alós asegura que las figuras "no pretenden ser una burla hacia el personaje u oficio que representan, sino un homenaje". Y la gente en general lo toma con el mismo tono. Por eso, cuando vea a Shakira, no exclamará ¡guaca guaca! sino ¡waka-waka!
Fuente: El tiempo
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