lunes, 10 de octubre de 2011
La dejó el tren
Cuando se llega a la altura artística de Shakira su vida lleva una serie de actividades rutinarias que cumplir día a día. Empezando por los viajes que son frecuentes de un continente a otro.
En cada país se cumple la misma agenda: Recibimiento, rueda de prensa, ensayos, conciertos. De mal o buen humor la estrella tiene que cumplir casi siempre con la misma programación. Con el tiempo esa vida se vuelve tediosa y repetitiva.
Pero los aplausos, el reconocimiento público y fidelidad de los fanáticos compensan cualquier detalle imprevisto. Una de las preocupaciones de los grandes del espectáculo es la movilización aérea. Algunos deben utilizar el avión casi a diario por compromisos, y le tienen pavor al aparato. Ejemplo: Gabo, Juan Gabriel y Juanes, por mencionar tres.
Existe preocupación sin duda por cada viaje. Son tantos seguidos. Y siempre existe la posibilidad de un millón a centésima que pueda ocurrir un accidente. Shakira, en una ocasión pasó un mal rato.
Tenía que presentarse en Alemania y debía tomar un tren con sus músicos en Bélgica. Llegó algo atrasada a la terminal de transporte y la locomoción ya había partido. Se disgustó mucho la cantante y así lo pregonó a los empleados de la administración de la estación ferroviaria.
Ya iba en camino iracunda, cuando en el vehículo de retorno al hotel una emisora informaba que en el tren donde debía viajar Shakira se había estrellado y no hubo un solo sobreviviente…
Tuvo suerte, pero no la tuvieron en su momento: Ricky Valens, Roberto Clemente, Marta Traba, Mike Todd y Arnulfo Briceño, entre otros…
Mañana: Shakira baila salsa.
Después: Compré mis propios libros.
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